viernes, 16 de mayo de 2008

Dream is destiny...



Dos extraños chocan entre sí en la salida del metro:

“Perdona”

“Perdona”

“eh! … ¿Podríamos hacerlo otra vez? Sé que no nos conocemos pero no quisiera ser otra hormiga ¿Comprendes? Quiero decir… como si fuéramos por la vida con nuestras antenas chocando unas contra otras, continuamente hormiga en piloto automático, sin que nada realmente humano se nos pida. Para. Vete. Ven aquí. Conduce allí. Todo acción básica para la supervivencia. Toda la comunicación sólo sirve para tener a la colonia de hormigas zumbando de una manera eficiente y educada. “Tome su cambio”, “Papel o plástico”, “Crédito o debito?”, “Quieres kétchup con eso?”. NO quiero paja! Quiero momentos humanos reales! Quiero verte. Y quiero que me veas. No quiero renunciar a eso, no quiero ser una hormiga ¿Me entiendes?”

“Sí. Sí, entiendo. No quiero ser una hormiga, nunca más. Sí, gracias por compartir eso conmigo. He sido una especie de zombi últimamente. No me siento como una hormiga en mi interior pero creo que empiezo a parecerlo. Como cuando D.H. Lawrence tuvo la idea de dos personas encontrándose en el camino y en vez de pasar de largo y perderse en la lejanía deciden aceptar lo que él llama “la confrontación entre sus almas”. Como si liberásemos a los valientes y temerarios dioses que llevamos dentro.”

“Entonces es así como nos hemos conocido.”


Escena de Waking life de Richard Linklater